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Actualidad Jachallera » Opinión » 16 ago 2019

COLUMNA SEMANAL

Tavi Guevara: el jachallero que venció al sistema

En San Juan le descubrieron un tumor cerebral. Viajó a Buenos Aires para operarse. Su pre paga se negó a pagarle su cirugía millonaria. No cruzó los brazos y ganó una pulseada contra gigantes. Por Marcelo Castro Fonzalida.


Por:
Marcelo Castro Fonzalida

Ganar las guerras siempre resultó difícil. Porque son batallas de largo aliento, como caminar sin destino o encontrar el final de un número en un crisol infinito. Es difícil, cuesta arriba y agotador. Todo se vuelve borroso, incierto y turbado; excepto si en frente está parado Gustavo “Tavi” Guevara.

Taví es DJ, hace música y a eso se dedica. Desde chiquito le dicen así, por su nombre. Un diminutivo cariñoso para un tipo tan guerrero. Ama demasiado lo que hace, desde muy joven la música es su vida. En el año 2017 le detectaron un tumor cerebral y su ser cambió para siempre.

Con 35 años Gustavo sabía que se venía un enfrentamiento cara a cara con la muerte. Y que ganara el mejor.

El tumor estaba alojado en un lugar muy complicado de su cerebro y su vida comenzaba a correr serio riesgo. Durante diez días Gustavo estuvo internado en el Hospital Rawson, hasta que el 3 de junio del 2017 emprendió viaje a Buenos Aires a buscar su cura. Comenzó así su pelea contra el sistema y la señora muerte.

El Hospital Fleni es uno de las instituciones más prestigiosas del país en neurocirugía y tumores cerebrales. En ese lugar Gustavo se encontró con un diagnóstico poco alentador. En San Juan ya le habían dicho que debían someterlo a varias cirugías y que iba a perder el habla y movimientos de brazos y piernas. El Fleni esgrimía casi el mismo análisis y sugirió cuestiones similares a su deterioro de su salud futura. Tavi escuchaba, el tumor también.

“Llegué a Buenos Aires por mi familia que no se conformó con lo que le decían acá en San Juan” confía Tavi.    

Con el amor de los suyos y un montón de corazones jachalleros pechando para el mismo lado, se fueron del Fleni sin buenos augurios, pero con la fuerza intacta.

“No me inspiraron confianza, sentí como que solo quería hacer plata conmigo; entonces seguimos investigando y llegamos al doctor Rubino, neurocirujano, eminencia en Argentina y ahí me dijo que por donde estaba ubicado el tumor, lo mejor era operarme en la Clínica Adventista que tenía una máquina única en el país que se llama resonador intra-operatorio que les da precisión donde tocar y dónde no tocar para evitar las secuelas”, cuenta Tavi íntimamente sus peregrinajes a Actualidad Jachallera.

Luego de encontrar la dirección de la clínica, otra vez comenzaba todo desde cero. Buscar turno, esperar a los médicos, ser paciente mientras el tumor seguía enamorado de Tavi. Con ganas, corazón y las canciones en el bolsillo, de nuevo él estaba a la merced de la ciencia.

Tavi tenía SanCor y al momento de presentar su credencial para pagar su operación la pre paga se negó a cubrirle la intervención. “La prepaga me decía que no tenía convenio con la clínica (Adventista) entonces no me quería cubrir la operación que salía un millón de pesos. Me tuvieron 3 meses dando vueltas. En esos tres meses mi vida corría riesgo, obvio que a ellos no les importaba.”

A esa altura de su derrotero Tavi era un experto en hospitales y clínicas, podía moverse con su historia clínica de aquí para allá. Pero no cuándo había que presionar como se debía a la pre paga. Por eso decidió buscar asesoría legal.    

“Tuvimos que recurrir a un abogado, fue donde aparece el ángel: la abogada Susana Nicolía (jachallera residente en Buenos Aires) que empezó con la lucha legal, cartas documentos… etc. Pero no había caso, hasta que tuvimos que recurrir a un recurso de amparo, que se basa en lo que dictamina la justicia. Obvio que la justicia estuvo a mí favor, me tenían que cubrir si o si la operación y después la partes arreglaban un acuerdo económico.”

Entre ayuda profesional jachallera de Susanita Nicolía, la contención de su familia y su corazón de acero, lograron torcerle la mano a la pre paga.

Ganaron una batalla, y la muerte se ponía impaciente, porque Tavi no iba a rendirse jamás. Ni el tumor ni el sistema pudieron con la voluntad de amar la vida como lo hizo Gustavo.

Al dj le resuena un número en su universo cada vez que lo dice: La operación duró 15 horas y fue un éxito, estuvo internado 15 días de pos operatorio. Según él, “se propuso mentalmente” permanecer poco en la clínica.

“Estuve conectado a todas las máquinas que te podrás imaginar, con una sonda que me salía del cuello por donde me metían los calmantes. Fue bastante difícil volver a activar. Te quedan muchos miedos, muchos dicen que cuando te pasan estas cosas después no te tiene que calentar nada porque superas a la muerte, pero no es así. Seguís siendo una persona normal con problemas y buenos momentos, si le tengo que ver el lado positivo a esto es que me uní mucho a mi familia, me hizo más solidario, entendí el ideal de ser solidario”.

Han pasado dos años desde que Tavi se enfrentó a todo lo que se interponía entre él, su música, el amor por el mundo y el aprendizaje.

Nunca recibió ayuda gubernamental para afrontar su operación, batalló solo contra el sistema. Luchó y ganó esa guerra, él sabe que pocos cometen esa hidalguía y viven para contarlo.

Ahora Tavi montó un proyecto de asesoría para personas que están pasando por lo mismo que él padeció y no saben cómo hacer para ser ser operados.

Dice Tavi sobre su proyecto netamente solidario: A un mes de cumplir dos años de mi operación de un tumor cerebral llamado glioma difuso de alto grado; sigo luchando con la burocracia de ciertas instituciones de salud y gubernamentales. Que en vez de facilitar y brindar apoyo acorde al contexto terminan complicando todo un poquito más. 
Es por eso que me propuse ayudar y guiar en cuestiones que aprendí a la fuerza con mi familia para salvar mi vida.
Si necesitas asesoramiento gratuito sobre información neurológica, oncológica o si la obra social o prepaga te está complicando la vida a vos o a un ser querido acá estoy para ayudarte”.

Y resuena una y mil veces esas palabras: aquí para ayudarte.

Gustavo Guevara podría haber despertado tras casi un día de operación y seguir con los auriculares de dj puestos para no escuchar a nadie. Pero bajó el volumen, le dio play a la vida y cuando hace bailar en las pistas está marcando su rumbo. La solidaridad corre por sus venas, como los bits en su consola, como verdadero ejemplo de que en la tierra se pisa fuerte para dejar huellas.

Hoy Tavi tiene 37 años, goza de una vida tranquila, buena salud y expectante a los nuevos proyectos que prepara. Hasta está pensando en una fundación de ayuda hacía maltratados por las pre pagas, obras sociales y sistemas de salud.

Pero hay algo que tiene en claro de aquí en más, como lo dice él, hay que “estar siempre positivo y sin miedo.

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