La planta de Fabricaciones Militares en Jáchal enfrenta un futuro incierto luego de la visita del presidente de la entidad, Hugo Pascarelli, quien advirtió que la supervivencia de la instalación depende de su capacidad para ser autosustentable. Esta declaración llega en un momento crítico, ya que la planta perdió a su único comprador, la mina Gualcamayo, exacerbando las dificultades económicas.

El intendente de Jáchal, Matías Espejo, se reunió con Pascarelli y expresó su preocupación sobre el impacto devastador que tendría el cierre de la planta para la comunidad local. "Hay 43 familias que dependen directamente de la planta. Son sueldos altos para personal altamente calificado", comentó Espejo a los colegas de Diario de Cuyo, subrayando que los salarios, que suman 120 millones de pesos mensuales, son vitales para la economía local.

Es por ello que buscan opciones para sostener la actividad en la planta, incluyendo propuestas para que los impuestos de ventas de Fabricaciones Militares se tributen en Jáchal, lo que podría aumentar los ingresos municipales y permitir que la planta participe en licitaciones locales. Además, se discutió la posibilidad de ampliar la infraestructura de la planta para producir emulsiones, necesarias para la mayoría de los proyectos mineros de gran escala, lo que potencialmente podría abrir nuevas oportunidades de mercado.

Durante una reunión con empresarios de la Cámara Minera, se destacó el potencial minero de la provincia y se exploraron alternativas para mejorar las instalaciones, como dedicar parte de la producción a la venta de materias primas para mantener la facturación mientras se desarrolla la capacidad de producir emulsiones.

"Desarrollar emulsiones llevaría tiempo, alrededor de un año, por lo que, para mantener la facturación, se podría ampliar el tipo de ventas", explicó Espejo a Diario de Cuyo, quien está enfocado en mantener un flujo económico continuo para evitar una decisión abrupta de cierre desde Buenos Aires.