con ayuda de la IA
“La inteligencia artificial ayuda a elaborar fármacos que reducen enfermedades mentales” afirmó Alon Chen
El experto en neurociencias del Instituto de Ciencias Weizmann, Alon Chen pasó por Argentina y explicó las últimas investigaciones vinculadas al cerebro y el manejo del estrés, la demencia y los problemas mentales que dejó la pandemia por COVID
Tener la oportunidad de charlar mano a mano durante una hora con el presidente del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, una de las instituciones multidisciplinarias de investigación más renombradas en el mundo con 2500 científicos y más de 1000 investigaciones en curso de primer nivel internacional, es un privilegio.
Pero si el presidente es el Alon Chen, uno de los neurobiólogos más importantes e influyentes del mundo y especializado en estudiar el cerebro humano, el privilegio es doble. Y supone la oportunidad de adentrarnos con profundidad en el conocimiento del órgano más misterioso del ser humano y los últimos avances para desentrañar sus funciones y hasta enfermedades que lo asaltan.
Durante la entrevista, Chen se mostró muy amable y predispuesto a abordar en detalle las últimas investigaciones en el cerebro, cómo afecta el estrés a nuestra salud mental, por qué nuestra sociedad sufre cada vez más trastornos mentales y suben las estadísticas de pacientes con depresión, ansiedad, trastornos alimenticios y hasta suicidio.
También brindó consejos de cómo manejar el estrés a través de algunas herramientas clave. Y por supuesto, lo último en lo que todo parece estar empapado del nuevo agente tecnológico presente en cada disciplina de avanzada: la Inteligencia Artificial y su rol clave para mejorarnos la salud mental.
Especializado en el estudio del cerebro, Chen afirma que los conocimientos que tenemos de las enfermedades del cerebro están 20 años por detrás de los que tenemos por ejemplo del cáncer. En ese sentido, apuntó a los actuales tratamientos médicos para distintas enfermedades del cerebro. “Tenemos problemas con las medicaciones actuales para tratar la depresión y la ansiedad porque son las mismas que se usaban hace 50 o 60 años atrás y hay muchos pacientes que no responden. Hace un año nada más el 35% de las personas estudiadas no respondían a esta medicación. Entonces lo que necesitamos fuertemente es desarrollar nuevos tratamientos y dispositivos”, explicó el reconocido neurocientífico.
“Actualmente existen muchos nuevos tratamientos. Se está trabajando en tratamientos que se enfoquen en distintas partes y sistemas del cerebro que son muy prometedores. Lo más importante de entender es que todas estas patologías como la depresión y la ansiedad son muy complejas porque involucran a la genética. Y cuando hablamos de genética, hablamos de la herencia familiar, por ejemplo casos de esquizofrenia o depresión en la familia”, precisó.
Y ahondó: “Pero esta predisposición genética no implica que se vaya a desarrollar esta enfermedad. Todos tenemos una base genética propia que nos hace más o menos susceptibles a ciertas enfermedades. Lo que sí determina el desarrollo de una enfermedad es el medio ambiente, el ambiente alrededor de cada persona. Su estilo de vida. Ese ambiente es lo que come una persona, lo que consume, si hace ejercicio o si fuma y el estrés que es uno de los factores ambientales más importantes en cuanto al desarrollo de enfermedades.
“Es necesario entonces investigar más sobre esto y vemos dos puntos centrales por un lado las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la demencia, el Parkinson. Y por otro lado, la salud mental que incluye otros problemas como la depresión, los desórdenes alimenticios, el autismo y la ansiedad. Este campo de estudio cada vez crece más y es necesario aplicar un tratamiento eficaz, que puede ser un cambio de hábito, un asesoramiento o asistencia profesional y también a veces con una medicación correcta. Esta misma va a llegar cuando podamos entender mejor al cerebro y cuáles son las causas subyacentes de todas estas enfermedades”, precisó el experto.