A las 15.33, hora peninsular española, Space X, la empresa aeroespacial de Elon Musk, comenzó el test de todo el sistema de Starship, compuesto por el cohete Super Heavy y la nave, denominada también Starship. Anteriormente, ambos componentes habían sido sometidos a pruebas por separado.

La cuenta atrás se detuvo 40 segundos antes de las 15.28, la hora en la que comenzaba la ventana de lanzamiento, para realizar las últimas comprobaciones antes del despegue. Según informaron los presentadores de la retransmisión, parecía haber algún problema con la presurización, pero minutos después se restableció la cuenta atrás y se produjo el anhelado despegue.

Aunque una vez se encendieron los motores el cohete tardó un poco más de lo habitual en abandonar la plataforma de lanzamiento, el vuelo parecía transcurrir con normalidad durante los primeros minutos. No obstante, el análisis de las imágenes un minuto después del lanzamiento muestran que sólo 27 de los 33 motores Raptor del cohete estaban encendidos.

Y cuando la nave todavía era visible desde tierra, el vehículo hizo explosión durante la fase crítica en la que se el cohete ser estaba separando de la nave. Los entregados asistentes al lanzamiento siguieron aplaudiendo, no obstante, como si la bola de fuego fuera parte del espectáculo, mientras que los presentadores cerraban la emisión asegurando que se trataba de una prueba y que había sido muy emocionante. Y es SpaceX no va a considerar la prueba de hoy un fracaso.

Desde SpaceX señalaron que analizarán todos los datos disponibles para averiguar qué ha ocurrido: "Con un test como éste, el éxito viene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de Starship mientras SpaceX intenta hacer que la vida sea interplanetaria", ha señalado a través de Twitter, la red social de su jefe.