La iniciativa llegó de la mano del Departamento de Informática y fue aprobada por el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El acto contó con la presencia del Decano de la FCEFN, Ing. Rodolfo Bloch, la Directora del Dpto de Informática, Prof. Evangelina Sanz, la familia de Federico, docentes y estudiantes.

Rodolfo Bloch expresó: “Federico fue alumno mío, soy consciente que le estamos rindiendo homenaje a un hermoso ser humano, más allá del excelente profesional y estudiante que fue. Esta placa es una memoria institucional, además del recuerdo de quienes lo llevaremos en el corazón. Los seres humanos necesitamos de los símbolos para trascender el olvido y este es un acto para ello”.

El Decano leyó un poema de Eduardo Galeano:

 “Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.

Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”. 

 Rodolfo, agregó: “Yo creo que Federico era uno de los fueguitos de los que encienden, una persona que honraba la vida.”

Ana Laura Molina, profesora de la Facultad y esposa de Federico agradeció el apoyo de de la institución en este momento y el recuerdo inmortalizado en el nuevo nombre del Laboratorio.

FEDERICO SÁNCHEZ AYALA

Federico cumplió tareas docentes y de investigación en el Departamento de Informática, hasta el momento de su desaparición física el 8 de septiembre de 2021.

Comenzó en el año 2015 como auxiliar de segunda, categoría alumnos y desde el año 2017 empezó a cumplir tareas docentes en calidad de profesor, siendo su paso por el claustro muy fructífero tanto en tareas docentes como de investigación.

Federico fue un alumno destacado en su carrera de Licenciatura en Ciencias de la Computación y ganó el cariño de sus compañeros por uno de los aspectos sobresalientes de su personalidad: asistir y ayudar a quien lo necesitara.