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Actualidad Jachallera » Interés General » 17 jun 2022

GRAVES ESTADÍSTICAS

Tres cuartas partes de la humanidad se verían afectadas por la sequía en 2050

En el Día Internacional contra la Desertificación y la Sequía, la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación instó a impulsar acciones tempranas y urgente para “evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios”.


En un informe emitido a mediados de abril, el ente dependiente de la ONU señaló que, desde el 2000, el número y la duración de las sequías ha aumentado un 29%, número que se traduce en más de 2300 millones de personas con problemas a causa de la escasez de agua. En tanto, en la Argentina, según datos suministrados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sosteniblelas tierras secas ocupan el 70 % del territorio nacional, situación que afecta la calidad de vida de casi el 30% de las poblaciones del país.

“La sequía es uno de los desastres naturales más destructivos en términos de pérdida de vidas, debido a impactos como la pérdida de cosechas a gran escala, los incendios forestales y el estrés hídrico”, explicó la UNCCD. Asimismo, en el informe denominado Global Land Outlook 2 (GLO2), que se dio a conocer a finales de abril, el ente perteneciente a la ONU advirtió que “hasta el 40% de toda la tierra libre de hielo ya está degradada, con graves consecuencias para el clima, la biodiversidad y los medios de vida”.

En ese sentido, el Secretario Ejecutivo del ente, Ibrahim Thiaw, señaló: “Todos los datos y las cifras apuntan en la misma dirección: una trayectoria ascendente en la duración de las sequías y la gravedad de los impactos, que no solo afectan a las sociedades humanas sino también a los sistemas ecológicos de los que depende la supervivencia de toda la vida, incluida la de nuestra propia especie”.

“Necesitamos orientarnos hacia las soluciones en lugar de continuar con acciones destructivas, creyendo que un cambio marginal puede curar la falla sistémica”, afirmó Thiaw, y destacó: “Todos debemos estar a la altura de nuestra responsabilidad de garantizar la salud de las generaciones presentes y futuras, de todo corazón y sin demora”.

 

Números En Rojo

Distintos referentes mundiales hay señalado la necesidad de frenar el cambio climático y, con ello, las consecuencias que tiene sobre el planeta, como lo son las sequías y la desertificación. Según señaló la UNCCD en su página oficial:

 

- El número y la duración de las sequías, desde el 2000, se elevaron un 29%.

- Entre 1970 y 2019: los eventos meteorológicos, climáticos e hídricos representaron el 50% de los desastres meteorológicos, siendo que el 45% de las muertes relacionadas con estos eventos se registraron, principalmente, en países en desarrollo.

- Las sequías representan el 15 % de los desastres naturales, aunque son los eventos que más vidas se cobraron (aproximadamente 650 000 muertes entre 1970 y 2019).

- Las economías mundiales perdieron aproximadamente USD 124 000 millones, entre 1998 y 2017.

- En 2022: más de 2300 millones de personas enfrentan estrés hídrico y casi 160 millones de niños están expuestos a sequías severas y prolongadas.

- Para 2030: unas 700 millones de personas podrían tener migrar luego de ser desplazadas por las sequía.

- Para 2040: se calcula que 1 de cada 4 niños residirá en zonas con escasez extrema de agua (UNICEF).

- Para 2050: más de las tres cuartas partes de la población mundial podrían verse afectadas por las sequías, número que representa entre 4800 y 5700 millones de personas, las cuales residirán en regiones con escasez de agua durante, al menos, un mes cada año (actualmente son 3600 millones actuales).

- Para 2050: hasta 216 millones de personas podrían verse obligadas a migrar como consecuencia de las sequías y su combinación con otros factores, tales como: la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos, el aumento del nivel del mar y la sobrepoblación.

Según explicaron desde el ente perteneciente a la ONU: “El fenómeno de la desertificación es uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo, ya que trata de una degradación continua de los ecosistemas de las zonas secas debido a las actividades humanas —como la sobreexplotación de la tierra, la minería, el sobrepastoreo y la tala indiscriminada— y a los cambios climáticos. Además, el viento y el agua agravan la situación arrastrando la capa superficial de suelo fértil y dejando atrás tierras improductivas. La persistencia de esta combinación de factores acaba por convertir las tierras degradadas en desiertos”.

Fuente: Infobae

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