Solidaridad peligrosa
Actos solidarios, intereses, cuidados, contaminaciones. Iniciativas con rostros de bondad pero no tanto. Lo que hay atrás, adelante y en nuestras manos por hacer. Por Marcelo Castro Fonzalida
Marcelo Castro Fonzalida
Las acciones colectivas dicen más de la sociedad en que vivimos que de nosotros mismos. El problema es ese, somos muy nosotros.
La idea del buen vecino y la vecindad es una hospitalidad mutua que ligeramente es más notoria en los pueblos. La cuadra junta festeja un fin de año, cumpleaños, un casamiento; manifestándose por su calle con baches, porque no está asfaltada, en fin, por muchas cosas que pueden unir a los habitantes de un lugar.
Hay que hacer ya mismo una salvedad, una cosas es solidaridad genuina y otra con intereses.
Por ejemplo: hace unos años, el cantante y compositor Axel llegó a Jáchal para apoyar a la Asamblea Jáchal No Se Toca en su reclamo por la contaminación de Barrick en el pueblo. El artista solo pidió que fuese buscado desde el aeropuerto de San Juan para llegar hasta Jáchal. No solicitó camarín, ni hotel ni merienda, nada. Al irse se llevó una remera de la asamblea. Nadie le pago nada, al contrario, él se pagó todo para ir.
Una cara distinta - aquí lo político - la cantidad de artistas pop que reunió el magnate británico Richard Branson en Colombia muy pegado a Venezuela, para pedir por la paz de la Nación bolivariana. Ninguno de esos artistas se preocupa abiertamente por su país de origen, pero sí por Venezuela, dónde Estados Unidos está a metros de meter sus fusiles para quedarse con sus pozos petroleros.
Hay solidaridad y solidaridad. Hay conciencias y cuentas bancarias. Hay lugares verdes o verdes billetes de cien. Hay artistas que se movilizan o movilizadores de invasiones y hambrunas.
Este martes, Diario Huarpe publicó una nota sobre una pareja que decidió limpiar una parte del Río San Juan. El matrimonio de Karen y Fernando tomó bolsas y detalladamente levantó todos los residuos que habían a su alrededor. Solidaridad genuina y transparente. Obviamente no se quedaron solo con las fotos. Le enviaron un mensaje claro a ambiente de San Juan para que se haga cargo de la situación de saneo.
La pareja sanjuanina amante de su rio invoca una acción que no es aislada. Cada vez hay más noticias sobre esto. Playas, ríos, calles, acequias, plazas, barrios; todo cuidado por la solidaridad. Esas iniciativas mostradas y viralizadas por las redes es un caldo de cultivo inconmensurable.
Solidaridad ante todo. Faltan muchas más cosas por hacer, mientras los Estados duermen la siesta y dejan jugar en las calle a sus ahijadas las multinacionales. Aún quedan muchas acciones.
Por ejemplo, la Reserva San Guillermo está muy sucia, podría limpiarse y que quede libre de manos que gotean oro y cianuro.
La solidaridad, para muy pocos, puede ser peligrosa.