Por: Redacción Actualidad Jachallera
En una tarde cargada de dramatismo, emociones extremas y definiciones cruzadas entre Mar del Plata y Mendoza, Aldosivi consiguió una permanencia heroica al vencer 4-2 a San Martín de San Juan en un partidazo disputado en el estadio José María Minella. La alegría del “Tiburón” contrastó con el desenlace amargo de Godoy Cruz, que empató 1-1 ante Deportivo Riestra y certificó su descenso luego de 17 temporadas consecutivas en la élite del fútbol argentino.
El epicentro de la jornada estuvo en Mar del Plata. Aldosivi, dirigido por Guillermo Farré, llegaba con la obligación de ganar y, a la vez, con un oído puesto en lo que ocurriera en Mendoza. La misión parecía compleja: los marplatenses necesitaban una actuación sólida, precisión en los momentos clave y una cuota de heroísmo. Y cumplió cada una de esas premisas.
El comienzo, sin embargo, golpeó de lleno a los locales. Una floja respuesta del arquero Jorge Carranza dejó servida la apertura para Santiago Barrera, que aprovechó el error y silenció a un estadio que de inmediato se sumergió en la incertidumbre. Con el 0-1, Aldosivi entendió que ya no había margen: era ahora o nunca.

Empujado por la urgencia y por una multitud que no dejó de alentar, el “Tiburón” fue creciendo en volumen de juego y encontró en Santiago Moya el primer grito de desahogo. Luego apareció Franco Rami para dar vuelta el tanteador y alimentar la ilusión de una permanencia que, por momentos, parecía encarrilarse.
Como si la tarde necesitara más condimentos, sobre el final del segundo tiempo llegó un nuevo sacudón para el Minella. El árbitro cobró penal a favor de San Martín y Tomás Fernández lo cambió por gol, dejando el partido 2-2 y sumiendo a la hinchada en un clima de angustia insoportable. Cada minuto parecía eterno y cada pelota, decisiva.
Pero Aldosivi no estaba dispuesto a dejar escapar su destino. En la jugada siguiente, casi sin tiempo para respirar, apareció Justo Giani para inflar la red y desatar la locura. El 3-2 cambió la energía del estadio y encendió la llama final del equipo marplatense.

Para coronar la epopeya, Ayrton Preciado estampó el 4-2 de penal en tiempo de descuento. El grito fue más que un gol: fue el símbolo de una batalla sufrida, de una tarde llena de turbulencias y de un triunfo que valió la permanencia.
La derrota dejó a San Martín de San Juan sin chances matemáticas y confirmó su caída a la segunda categoría. El equipo sanjuanino luchó, tuvo momentos de control y llegó a igualar el partido en un desenlace vibrante, pero no pudo sostenerse ante el envión final del “Tiburón”.