Por: Redacción Actualidad Jachallera
Todo ocurrió cuando el personal de la Comisaría 35 de la Policía de San Juan recibió un llamado de emergencia que alertaba sobre un menor en grave estado de salud. Al llegar al lugar, los efectivos encontraron a una mujer caminando desesperada por la calle con su hijo en brazos. Era Soledad Sánchez, madre del pequeño, que buscaba desesperadamente ayuda al ver que su bebé no respiraba.
Sin perder un segundo, el Oficial Ayudante Agustín Amarfil y el Agente Pablo Montalvo evaluaron al niño y constataron que no respiraba ni respondía a estímulos. Ante la urgencia, comenzaron a realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) en la vía pública, aplicando los conocimientos de primeros auxilios que forman parte de su entrenamiento policial.
El momento fue de máxima tensión. Según relataron testigos, los efectivos mantuvieron la calma y actuaron con precisión hasta que, después de unos instantes que parecieron eternos, el bebé reaccionó y comenzó a respirar nuevamente, recuperando signos vitales ante la mirada emocionada de su madre.
Una vez reanimado, los policías no perdieron tiempo: colocaron al menor en el móvil policial y lo trasladaron de urgencia al Hospital Dr. Marcial Quiroga, donde el equipo médico lo atendió de inmediato. Los profesionales confirmaron que el pequeño se encontraba fuera de peligro, aunque quedó internado en observación para monitorear su evolución.
El accionar de los dos efectivos fue ampliamente reconocido por la comunidad y las autoridades policiales. Su rápida intervención, serenidad y conocimiento técnico fueron determinantes para evitar una tragedia.
Una vez más, el hecho deja en evidencia la importancia de la capacitación en primeros auxilios dentro de las fuerzas de seguridad, y el compromiso humano de quienes, más allá del uniforme, están dispuestos a actuar sin dudar frente a una vida en riesgo.