martes 21 de octubre de 2025 - Edición Nº3319

Locales | 21 Oct

La Policía Rural refuerza controles en Jáchal con operativos para evitar animales sueltos en rutas y prevenir casos de maltrato animal

Con el propósito de fortalecer la seguridad vial y proteger el bienestar animal, la División Policía Rural de San Juan desplegó un importante operativo en el departamento de Jáchal para controlar la presencia de equinos y vacunos en rutas estratégicas como la 150 y la 40. El trabajo, que incluye un despliegue con vehículos, motocicleta y equinos, se realiza en conjunto con la Comisaría 21ª a cargo del comisario Fernando Villalba.


La División Policía Rural de San Juan lleva adelante esta semana un nuevo operativo en el departamento de Jáchal con el objetivo de prevenir la presencia de equinos y vacunos sueltos en rutas provinciales y nacionales, especialmente en los tramos de la Ruta 150, la Ruta 40 y caminos rurales de alto tránsito.

El comisario Mario Domínguez confirmó a Actualidad Jachallera que los procedimientos se desarrollan con un amplio despliegue logístico, que incluye un camión, equinos, una motocicleta y una camioneta de la división. “Nuestro objetivo es evitar accidentes, proteger la vida de las personas y también resguardar el bienestar de los animales. Estos controles son permanentes y forman parte del trabajo de prevención que realizamos en toda la provincia”, explicó el jefe policial.

La División Policía Rural, dependiente de la Policía de San Juan, es una unidad especializada en la seguridad de áreas rurales. Su tarea abarca la protección de ciudadanos y propiedades, la prevención de delitos como el cuatrerismo y la asistencia ante emergencias vinculadas al ámbito agropecuario. En Jáchal, estos operativos cuentan con el acompañamiento de la Comisaría 21ª, cuyo titular, el comisario Fernando Villalba, destacó la importancia del trabajo coordinado entre ambas dependencias.

En septiembre pasado, personal policial intervino en un caso de maltrato animal en Jáchal, donde se secuestraron dos mulares —uno zaino y otro moro— que presentaban heridas sangrantes en el lomo, el pecho, los miembros y las ancas. Los animales, sin marcas de fuego ni sangre, fueron atendidos y puestos a resguardo. Por este hecho, se inició un legajo judicial con intervención de la UFI Genérica, bajo la Ley 14.346 de Maltrato Animal, que castiga los actos de crueldad y abuso hacia los animales.

 

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