Conmovido por lo sucedido y al borde de las lágrimas, pidió disculpas al pueblo de Jáchal por lo sucedido, pero aclaró que, ni él, ni su socio Luis Godoy ni el encargado Luis Gallardo tienen algún grado de responsabilidad en el hecho, ya que desconocían lo sucedido.

Sí aclaró que les habían prestado las instalaciones a los jóvenes detenidos, o al menos a uno de ellos para que pernocten en el lugar pero que jamás se imaginó lo que vendría después.

Dijo además que lo propios detenidos se hicieron cargo de lo sucedido desligando a los propietarios y que las cámaras de seguridad, que están a disposición de la justicia, corroborarán estos dichos, ya que Robledo asegura que no visita el local desde hace casi un mes.

“No tengo nada que ver, les brindé la confianza plena para que ocupen el local y me pagaron de esta manera, no tengo nada que ocultar. Invertimos mucho tiempo y dinero en el lugar para que me caguen de esta manera. He llorado mucho, estoy muy dolido porque nuestro sueño se derrumbó por culpa de unos irresponsables… nos cagaron la vida porque ahora vamos a tener que cerrar”

“Agradezco a todos los jachalleros, por el apoyo, por el calor y el cariño que nos brindaron siempre, sinceramente estoy muy agradecido con ellos y reitero las disculpas por lo sucedido, desde el lugar que me toca, como responsable del negocio, pero no por los hechos de público conocimiento”, afirmó.

Las causas judiciales siguen su curso, una de ellas con sentencia de poco más de 8 meses de prisión en suspenso por flagrancia hacia los jóvenes involucrados y la clausura del local por incumplir el aislamiento obligatorio. Paralelamente continúa la investigación de carácter federal por las plantas de marihuana encontradas en el lugar.