Cristina se hizo youtuber por un rato. Ya que su anuncio político fue por ese medio e hizo estallar el mundo económico-social-político del país. Decidió que Alberto Fernández sea el candidato. Él ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner será el que se encargue de aglutinar la intención de voto más buscada por las últimas horas en todo el arco peronista. Fernández trabajó con todos, los conoce a todos y tiene dialogo con todos. Desde Cavallo hasta Massa, el abogado que cumplió 60 años a principios de abril será el que acerque al massismo y a Alternativa Federal. O por lo menos eso parece avizorarse a análisis rasante de lo que intenta Cristina.

Lo cierto es que ya Felipe Solá  y Rossi bajaron sus candidaturas a presidente y apoyaron a través de twitter la decisión de Fernández de Kirchner.

Nadie se imaginaba que la ex presidente iba a hacer eso, ni los más ávidos estrategas políticos, ni siquiera los que trabajan a sol y sombra en la casa rosada para Macri. Una de las últimas apariciones de Cristina fue en la presentación de su libro Sinceramente en la Feria Internacional del Libro, dónde Alberto Fernández se lo vio sentado en la primera fila de la sala Jorge Luis Borges mientras la ex mandataria hablaba sobre su trabajo escrito. Esa fue la señal de que iban a ir juntos. Pero nadie la vio hasta este sábado por la mañana.

Hubo divorcio entre la flamante formula hace tiempo. Eso los mantuvo alejados completamente hasta ahora. La ruptura total devino cuando Alberto le soltó la mano de apoyo a Cristina en la discusión por la “125” en el 2008. Pero parece haber quedado en el pasado para el peronismo. Por lo menos es lo que quieren demostrar.

El macrismo

Jaime Durán Barba y Marcos Peña son los armadores y operadores del presidente Mauricio Macri, de ellos surgió la idea tajante de polarizar un enfrentamiento entre el jefe de Estado y la ex presidenta. Mientras más polarizado mejor, porque el macrismo podría aventajar a Cristina mostrándose como el mal menor. Todos los esfuerzos y acciones de meses de la mesa chica del PRO ahora quedaron temblando. Urgentemente deberán buscar nuevas estrategias para enfrentarse a este cross de mandíbula que dio Fernández de Kirchner. Tal vez Vidal sea la respuesta, acompañada de Martín Lousteau por parte del radicalismo. Las negociones con Massa deberán encarnarse rápidamente si desean acordar con el líder del Frente Renovador. Aunque este último ya mira al parecer para los Fernánez- Fernández.

Lo cierto de todo esto es que Roberto Lavagna queda casi fuera de juego con estos movimientos políticos.

La fernandeada podría ser desde ahora un movimiento nuevo para las reglas de juego del ajedrez: desconcertar, hasta que el enemigo se crea todo lo que mueve para gritar jaque.

No queda nada para las elecciones generales. Se abre una nueva página en esta campaña de cara al sillón de Rivadavia. La grieta no va a cerrarse, el problema es los que estamos en el medio.