El Gobierno nacional dispuso que, a partir del 1° de septiembre, comenzará a regir la actualización por inflación de los impuestos a los combustibles líquidos, con un cronograma diseñado para recuperar los ajustes que habían sido postergados en los últimos meses. La medida quedó formalizada este viernes a través del Decreto 617/2025, publicado en el Boletín Oficial, que deroga al Decreto N° 466 del 27 de mayo de 2024 y sus modificatorios, responsables de la postergación de los incrementos.

Según lo establecido, los montos fijos de los gravámenes se actualizan en forma trimestral siguiendo las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el INDEC. No obstante, desde mediados del año pasado, esas actualizaciones venían siendo diferidas. Con la nueva disposición, el Ejecutivo definió un esquema de aplicación en dos fases, con el objetivo de normalizar los aumentos correspondientes a todo el calendario 2024 y a los dos primeros trimestres de 2025.

Primera fase: septiembre

Entre el 1° y el 30 de septiembre de 2025, los impuestos a las naftas y el gasoil se incrementarán en los siguientes montos:

• Nafta sin plomo, nafta de más de 92 RON y nafta virgen:

  • Impuesto sobre los Combustibles Líquidos: +$10,523 por unidad de medida.

  • Impuesto al Dióxido de Carbono: +$0,645.

• Gasoil:

  • Impuesto sobre los Combustibles Líquidos: +$8,577.

  • Diferencial para determinadas áreas: +$4,644.

  • Impuesto al Dióxido de Carbono: +$0,978.

Segunda fase: octubre

A partir del 1° de octubre de 2025, entrará en vigencia el incremento total acumulado de los tributos. Esto implicará la suma de los montos que corresponden a las actualizaciones pendientes de 2024 y de los primeros dos trimestres de 2025, lo que significará un ajuste integral sobre el precio de los combustibles.

El Gobierno justificó la medida en la necesidad de fortalecer las cuentas públicas en un contexto en el que podría afrontar mayores compromisos fiscales, luego de la aprobación por parte del Congreso de un paquete de leyes en las últimas semanas. La decisión de avanzar ahora con la actualización de los gravámenes a los combustibles apunta a recomponer recursos tributarios que habían quedado rezagados frente a la inflación acumulada.