Con aroma a empanadas recién horneadas, locro humeante y el eco de guitarras afinándose, comenzó la cuenta regresiva para uno de los eventos más esperados por la comunidad. El próximo domingo 3 de agosto, el Jáchal Básquetbol Club será el gran protagonista de un almuerzo a beneficio que promete dejar el corazón lleno y el estómago aún más.

El punto de encuentro será nada menos que La Roka, ese espacio que tantas veces albergó momentos de encuentro, y esta vez se prepara para vivir una verdadera fiesta criolla. Con un valor por persona de 17.000 pesos, quienes asistan disfrutarán no solo de un exquisito menú, sino también de una grilla artística de primer nivel.

El menú, diseñado para homenajear la tradición y el buen comer, incluye como primer plato: tres empanadas bien jugosas, y como plato principal: un locro completo, de esos que hacen historia. Además, habrá venta de bebidas de todo tipo: vinos, gaseosas, aguas saborizadas, soda y una barra con tragos para todos los gustos.

Pero como en Jáchal todo almuerzo que se aprecia viene acompañado de buena música, sobre el escenario dirán presente artistas que ya son referentes del folclore y la música popular en el departamento: Grupo Nostalgia, Las Voces del Norte, Periferia Folk y La Nueva Base, entre otras sorpresas que no fueron reveladas, pero que prometen ponerle aún más sabor a la jornada.

Como si fuera poco, habrá sorteos, regalos, y un clima de camaradería único, en una tarde pensada para disfrutar con amigos, familia o simplemente para dar una mano al club que tanto representa a la pasión jachallera por el deporte.

Desde la organización, instaron a la comunidad a reservar su lugar con tiempo, ya que la convocatoria viene siendo muy buena y los lugares son limitados. “La idea es que todos puedan pasar un domingo distinto, con música, comida rica, y sobre todo, con el orgullo de estar apoyando al Jáchal Básquetbol Club, que tanto esfuerzo pone cada día para mantenerse de pie”, señalaron.

En definitiva, el 3 de agosto será una fecha para agendar, compartir y celebrar, con sabor criollo, talento local y la emoción de saber que cada tenedor levantado, también levanta sueños. Porque cuando la causa es buena, el corazón jachallero no falla.