domingo 22 de junio de 2025 - Edición Nº3198
Actualidad Jachallera » Interés General » 7 jun 2025

orgullo argentino

Confirmaron que estudiantes argentinos formarán parte de la misión Artemis II de la NASA a la Luna

La próxima misión espacial tripulada a la Luna será histórica. Y para la Argentina tendrá un plus, ya que dentro del cohete de la misión Artemis II de la NASA, además de los cuatro astronautas que orbitarán nuestro satélite natural, viajará un satélite argentino fabricado por estudiantes de tres universidades públicas.


Por:
INFOBAE

En un avance significativo para la ingeniería aeroespacial argentina, el microsatélite Atenea, desarrollado en colaboración entre varias universidades y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), se integrará a la desafiante misión Artemis II de la NASA, programada para ser lanzada en abril de 2026.

Este hito no solo marca la participación activa de Argentina en un proyecto internacional de enorme envergadura, sino que también resalta el protagonismo de las universidades argentinas públicas y la calidad de sus profesores y estudiantes en la exploración espacial mundial.

Argentina es uno de los 55 países que forma parte del Convenio Internacional Artemis que la NASA firmó con las agencias espaciales de esas naciones. Pero dentro del cohete SLS que despegará rumbo la Luna solo habrá cuatro satélites construidos por igual cantidad de países. Lo más destacable es que cada uno de ello, incluido nuestro país ganó un concurso internacional para subirse a la misión con un aparato innovador.

Se trata del microsatélite Atenea, un CubeSat de clase 12U, que será uno de los CubeSats internacionales desplegados antes del acercamiento lunar, junto con otros satélites de AlemaniaCorea del Sur y Arabia Saudita.

El aparato, cuyas dimensiones totales son de 30 cm x 20 cm x 20 cm, se encargará de validar tecnologías críticas para futuras misiones espaciales, como la medición de radiación en órbitas altas, la prueba de fotomultiplicadores y la validación de enlaces de comunicación de largo alcance, aspectos clave para el avance de la exploración espacial más allá de la órbita terrestre.

Este proyecto Atenea ha sido posible gracias a un acuerdo entre la NASA y CONAE, con la participación destacada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM), que contribuyen con sus conocimientos y experiencia en el desarrollo de satélites y tecnologías espaciales.

Marcos Actis, director del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la UNLP y decano de la Facultad de Ingeniería, resaltó a Infobae el impacto histórico de la participación argentina en esta misión.

“Con la incorporación de nuestra Facultad en este proyecto vemos que el esfuerzo realizado por el CTA, invirtiendo recursos propios para los gastos que demandó la construcción del USAT 1, y el apoyo de la Universidad para pagar el lanzamiento, dio sus frutos”, comentó Actis, refiriéndose a la experiencia adquirida con el satélite USAT 1, el cual marcó un precedente importante para los proyectos aeroespaciales argentinos.

“Nuestra experiencia en el cubesat USAT 1, que será lanzado también el año que viene, estimamos que con SpaceX, nos posibilitó entrar en este proyecto espacial de trascendencia mundial. Estamos hace casi un año trabajando fuerte con todos los requerimientos que NASA nos puso”, precisó el experto y contó que el microsatélite Atenea se desarrolló dentro del marco del programa SARE (Sistema de Alta REvisita) de la CONAE, cuyo objetivo es la producción ágil y de bajo costo de satélites pequeños para la observación terrestre y la exploración espacial. Este programa resalta la capacidad de Argentina para producir tecnologías espaciales avanzadas, con un enfoque en la reducción de costos y en la mejora de la eficiencia en el desarrollo de satélites y componentes espaciales.

La misión Atenea es accesoria a la principal Artemis II, que es llevar a la tripulación a orbitar la Luna con el fin de obtener datos de vuelo, con miras a un próximo descenso con Artemis III. Yo trabajé hace algunas décadas con los satélites de la serie SAC, como el A, B, C y D. Por lo que tomo esto de forma natural. Pero a la vez me emociono de pensar que los chicos están trabajando y tienen en sus manos piezas que irán al espacio y se van a quedar orbitando allí. Yo siempre digo que cuando uno sabe algo y lo sabe hacer, hay que dejar que otros lo hagan y aprendan. Y como uno aprende haciendo es clave que los estudiantes hagan este tipo de desarrollo”.

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