Por: Redacción Actualidad Jachallera
El gobierno provincial se quedó con 11 de los 12 senadores que se renovaron en los 19 departamentos donde se realizó la elección. Y obtuvo 20 de los 30 diputados provinciales. Se quedó con la mayoría de los cargos en juego a nivel provincial. Hizo una buena elección en términos de renovación legislativa. Seguirá teniendo la mayoría absoluta en las dos cámaras y no tendrá problemas para gobernador con el apoyo parlamentario.
Para el Gobierno la mancha negra de los comicios fue en la capital salteña, donde se concentra el 41% del padrón electoral. Justo en ese punto geográfico fue donde se hizo fuerte LLA, que ganó la elección por cinco puntos de distancia y se consolidó como la primera oposición en la ciudad más importante y a nivel provincial. En la primera por los números, en la segunda por la victoria política.
Los libertarios se quedaron con un solo senador de los 12 en juego y con 9 diputados de los 30 que se renovaron. La clave fue que lograron ganar el distrito más importante, que es lo que les permitió hacer pie en la provincia, donde el oficialismo provincial es muy fuerte.
En el búnker libertario había un clima de festejo lógico. En dos años pasaron del llano a ganar la capital. En los hechos, el sello libertario dio un buen resultado. Así lo asumen en el oficialismo provincial. La gente votó la boleta de color violeta, más allá del nombre del candidato. Revalidó en las urnas el proyecto nacional que lidera el presidente Javier Milei.
En el gobierno salteño el clima triunfal fue más moderado. Haber perdido la capital es un trago amargo que deben digerir. Sobre todo pensando en el rol que tomarán de cara a las elecciones del 26 de octubre. Sáenz se ha caracterizado por abrirse de los comicios nacionales y sacar del medio a su fuerza provincial. Jugó con unos y otros implícitamente, pero sin poner la cara.
En esta oportunidad tendrá que ver que es lo que hace. En un principio, LLA no iba a presentar una boleta propia en Salta para estos comicios locales. Existieron vasos comunicantes entre el oficialismo provincial y el nacional para que eso suceda. Vos no te metes en la provincia y yo no me meto en la nación. Un clásico de las relaciones entre la Casa Rosada y las provincias. Pero, finalmente, no hubo acuerdo.
En la mañana del domingo, Sáenz dejó un mensaje entre líneas durante la rueda de prensa que brindó después de votar. “A mi no lo que no me gusta es la hipocresía, la falta de palabra. Eso es lo que falta en la dirigencia nacional”, aseguró. La definición está íntimamente ligada a la decisión del gobierno nacional de plantarle una lista y competirle. Sobre todo después de que el gobierno provincial acompañó en el Congreso, en reiteradas oportunidades, los proyectos de la Casa Rosada.
Por eso, ahora Sáenz debe decidir si se va a involucrar en la elección nacional de octubre o no. Si va a buscar cerrar un acuerdo integral que contenga a todo el peronismo y que polarice la elección con la expresión libertaria. En definitiva, tiene que determinar si hace lo que nunca hizo. Porque las reglas del juego parecen haber cambiado y, en consecuencia, las decisiones políticas, también. Poner en marcha un operativo para frenar el crecimiento opositor. De eso se trata.
En la provincia aparece dos ex gobernadores como posibles candidatos para las listas nacionales. Juan Carlos Romero es aspirante a ocupar la cabeza de la boleta de candidatos a senadores nacionales de LLA, mientras que Juan Manuel Urtubey podría ser la cara visible de un peronismo unificado, que incluya al kirchnerismo dentro del armado. El peronismo está en etapa de reconfiguración y en el interior del país lo entiende la gran mayoría. Llegó el tiempo del pragmatismo para enfrentar una posible ola violeta.
Sáenz se mostró muy molesto con Cristina Kirchner por la decisión de intervenir el PJ de Salta un puñado de meses antes de la elección provincial. “Ahí están los que intervinieron el partido. Nos sacaron un diputado. Que Dios los bendiga. Pero a nosotros nadie nos dice lo que tenemos que hacer desde la capital”, bramó el gobernador salteño desde el búnker oficialista.