PREVENCIÓN Y CUIDADOS
Difundieron 14 estrategias para prevenir el Alzheimer y para poner en práctica antes de los 50 años
La demencia es un término general que describe un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales lo suficiente como para interferir con la vida diaria. En la actualidad, el número de personas que viven con demencia está aumentando de forma vertiginosa, impulsado por el crecimiento de la población y la mayor esperanza de vida.
Redacción Actualidad Jachallera
Hoy, más de 55 millones de personas que transitan esta enfermedad en el mundo y se estima que 153 millones vivirán con demencia en 2050, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, trabajar en la prevención en los adultos jóvenes es clave ante este panorama tan amenazador para la salud pública.
El estudio “Salud cerebral de próxima generación: transformar la investigación global y la salud pública para promover la prevención de la demencia y reducir su riesgo en poblaciones de adultos jóvenes”, publicado en The Lancet Healthy Longevity, subraya que muchos factores de riesgo de demencia (como pérdida de audición, hipertensión y hábitos de vida poco saludables) ya se presentan entre los adultos jóvenes, por lo tanto, trabajar en la prevención es una oportunidad única para una intervención temprana.
El estudio, dirigido por el equipo Next Generation Brain Health, reunió a expertos de 15 países para explorar estrategias de promoción de la salud cerebral en la juventud. “La adultez temprana representa una ventana de oportunidad para la intervención que podría reducir significativamente el riesgo de demencia en etapas posteriores de la vida”, afirmó la autora principal, la doctora Francesca Farina. “Para garantizar mejores resultados, los adultos jóvenes deben ser incluidos como socios clave en los esfuerzos de investigación, educación y formulación de políticas”, señaló la experta.
Las investigaciones han demostrado que los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer (placas amiloides y ovillos tau) comienzan a formarse al menos una década antes de que aparezcan problemas de memoria o pensamiento. Esta etapa, llamada Alzheimer preclínico, es cuando los cambios cerebrales ocurren antes de que aparezcan los síntomas de demencia.
La buena noticia es que según el último informe de la Comisión Lancet de 2024 hasta el 45 por ciento de los casos de demencia en todo el mundo (es decir, casi la mitad) se pueden prevenir abordando los factores de riesgo y haciendo cambios en el estilo de vida.
RECOMENDACIONES
1. Reducir las tasas de prehipertensión e hipertensión mediante modificaciones del estilo de vida. Recibir controles regulares de presión arterial alta por parte de profesionales de la salud.
2. Reducir el consumo de alcohol. Garantizar la comprensión del uso seguro del alcohol.
3. Practicar hábitos seguros de escucha para prevenir la pérdida auditiva (por ejemplo, aplicar límites en el control del volumen al escuchar audio, usar protección para los oídos, como tapones o protectores auditivos, en entornos ruidosos).
4. Proteger la cabeza de lesiones cerebrales traumáticas. Usar un casco u otro equipo de seguridad cuando sea necesario y cumplir con los requisitos legales o de seguridad en el lugar de trabajo. La Asociación de Alzheimer de Estados Unidos recomienda el uso del cinturón de seguridad, de casco al practicar deportes o andar en bicicleta y evitar caídas en el hogar minimizando el desorden, las alfombras sueltas y la mala iluminación.
5. Aumentar el nivel de educación. Promover y apoyar cumplir con la educación secundaria entre jóvenes adultos en redes sociales y familiares. Varios estudios han demostrado que cuanto más tiempo se pasa estudiando, menor es el riesgo de padecer demencia.
6. Reducir las tasas de obesidad mediante intervenciones en el estilo de vida. Una alimentación basada en la dieta MIND, que combina la dieta DASH y la mediterránea, se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar Alzheimer y con una desaceleración del deterioro cognitivo. “Estas dietas son ricas en frutas, verduras, granos integrales y pescado, y bajas en grasas saturadas, azúcares refinados y carnes rojas. Los estudios indican que los nutrientes presentes en estos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que protegen el cerebro”, destacó la doctora Crivelli.
7. Evitar el hábito de fumar y apoyar el abandono del hábito, incluidas las intervenciones para dejar de vapear.
8. Tratar la depresión. Buscar apoyo terapéutico y social para la depresión puede ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo en el futuro.
9. Combatir el aislamiento social. “Participar en grupos de apoyo y mantener una vida social activa puede mejorar el estado de ánimo y la función cognitiva, proporcionando un sentido de pertenencia y reduciendo la soledad y la depresión, factores que pueden acelerar el declive cognitivo”, indicó la doctora Crivelli.
10. Promover hábitos de ejercicio seguros a través de intervenciones en el estilo de vida.
11. Reducir las tasas de prediabetes y diabetes mediante modificaciones del estilo de vida.
12. Evitar la contaminación. Restringir la actividad física al aire libre durante períodos de exposición a una elevada contaminación del aire. Mejorar la calidad del aire interior (por ejemplo, la ventilación y la eliminación de contaminantes del aire interior) en entornos domésticos
13. Consultar al oftalmólogo. Hacer chequeos y usar gafas protectoras (por ejemplo, anteojos o protectores oculares).
14. Controlar el colesterol LDL. Reducir las concentraciones de colesterol LDL, el llamado “malo” mediante modificaciones del estilo de vida. Asistir a exámenes de detección de colesterol realizados por profesionales de la salud.