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Una escuela de Argentina fue seleccionada entre las 3 mejores del mundo según una organización internacional
Es el Colegio María de Guadalupe, que tiene 700 estudiantes entre el nivel inicial, primario y secundario. Aunque está ubicada en la periferia del conurbano bonaerense, hoy esta escuela quedó bajo los focos del ecosistema educativo global: es una de las 3 finalistas del Premio a la Mejor Escuela del Mundo (World’s Best School Prize) en la categoría de “colaboración con la comunidad”.
Redacción Actualidad Jachallera
Es la primera vez que una escuela argentina se convierte en finalista en estos premios internacionales; el ganador se conocerá en octubre. En junio se habían enterado de que estaban entre los 50 nominados, y aún no lo pueden creer. “Fue un notición para todos: los chicos, los docentes, el equipo, las familias. Sentimos un orgullo muy grande porque se están reconociendo las cosas que vemos todos los días en el colegio. Es un impulso que nos motiva a seguir sosteniendo y dando a conocer nuestro trabajo”, contó María Luz Diez, directora de Desarrollo Institucional del colegio.
El María de Guadalupe es una escuela de gestión privada con una cuota social mínima (y con becas para quienes no pueden pagarla). Fue fundada hace 12 años con la misión de “ofrecer educación de calidad con un modelo inclusivo e innovador a niños, niñas y jóvenes que viven en contextos de vulnerabilidad, a un costo similar al de la educación de gestión estatal”. El 50% de los alumnos vive en condiciones de hacinamiento; el 70% de sus padres y madres no terminó la secundaria.
Pese a esas circunstancias, los estudiantes obtuvieron resultados por encima del promedio en las pruebas Aprender y tienen altos índices de egreso. Según explicó María Luz Diez, el premio reconoce “el trabajo comunitario articulado con múltiples actores: las familias como aliadas fundamentales, pero también organizaciones de la sociedad civil y empresas”. También destacó como rasgos centrales del proyecto escolar el acompañamiento personalizado a cada estudiante, el régimen de jornada completa desde primer grado y la “formación docente situada y constante”.
“Celebramos que sea posible una escuela en la que, a pesar de muchas situaciones desafiantes, no existe la deserción; una escuela en la que el 100% de los chicos de tercer grado entienden lo que leen, en una Argentina en la que solo la mitad lo está logrando; una escuela cuyos egresados estudian o trabajan en un 87%”, afirmó Luis Arocha, director ejecutivo de Fundación María de Guadalupe. Los egresados se reciben como bachilleres con especializaciones en Administración, Medio Ambiente, Programación o Producción Audiovisual.
Desde la escuela se presentaron al World’s Best School Prize con los programas de Orientación Vocacional, Mentoría e Inclusión Laboral. Este último busca desarrollar habilidades para mejorar la “empleabilidad” de los estudiantes del último año, los egresados y los alumnos de otros colegios vecinos, “para que puedan insertarse en el mundo del trabajo y diseñar un proyecto de vida superador”.
El programa de inclusión laboral abarca capacitaciones en habilidades socioemocionales, laborales y técnicas, y se apoya en alianzas con empresas locales, ONG y familias. Entre los resultados, lograron disminuir del 21% al 13% el porcentaje de egresados que no estudian ni trabajan, y aumentaron más del doble (12% al 30%) en dos años el acceso de los graduados al trabajo formal.
Armaron una bolsa de empleo y generaron una red de empresas –desde pymes hasta grandes compañías– que ofrecen oportunidades laborales. “Cerca del 50% de nuestros egresados accede a estudios superiores, una cifra muy superior al promedio para estos contextos de vulnerabilidad”, explicó Diez. También señaló que vienen haciendo un trabajo de sistematización para poder replicar la experiencia en otros lugares: ya lo están haciendo en Garín, donde funciona el Colegio Rosario Vera Peñaloza, “hermano” del María de Guadalupe.