Si bien cada una de las empresas determinan independientemente el aumento, normalmente las subas siguen de cerca lo dispuesto por la firma estatal YPF. La petrolera argentina abastece a la mayor parte del mercado, por lo que sus precios son referencia para el resto de las firmas que operan en el país.

El impuesto a los combustibles fue creado por ley en 1998 y durante la gestión de Mauricio Macri dipusieron su actualización en forma trimestral, ajustado por la inflación oficial, aunque en 2019 lo postergaron. Desde julio de 2021 quedó congelado bajo la gestión de Alberto Fernández, hasta que la gestión de Javier Milei lo volvió a actualizar en marzo pasado.

Pese a que Milei había propuesto llevar adelante un plan de shock sin subas en los impuestos, el Gobierno decidió "regularizar" la situación en las naftas para sumar recaudación y compensar así el bloqueo de su reforma impositiva prevista en la Ley ómnibus. 

A través del decreto 107/2024, el Gobierno dispuso un cronograma para revertir el congelamiento en estos impuestos, con ajustes previstos para el 1° de marzo, el 1° de abril y el 1° de mayo de 2024, inclusive. 

Por otra parte, las petroleras podrían sumar un incremento del 2% correspondiente al deslizamiento del dólar oficial, aunque también miran con atención el mercado de combustibles.

Por la crisis y la disparada de los precios, la venta de naftas cayó un 7,3% interanual en febrero en las estaciones de servicio, según el sitio Surtidores. 

La caída impactó especialmente en los productos premium, que en el caso de la nafta fue de casi el 23% y en el gasoil, del 8,25%. Es la baja más pronunciada desde 2019, pese a que el parque automotor era entonces mucho más reducido.