martes 30 de abril de 2024 - Edición Nº2780
Actualidad Jachallera » Opinión » 20 mar 2019

¿Cómo no extrañar tu pueblo?

Viejas costumbres que nos hacen ser de dónde somos. Palabras, historias, personajes, injusticias. Por Marcelo Castro Fonzalida


Primero definamos que entendemos por pueblo, es una palabra abstracta pero está llena de significados. Muchos han sufrido por el pueblo, se  habla y habló en nombre del pueblo, se mató, se enamoró, se idealizó, se desnudó en pos del pueblo.

Pero pueblo puede ser un conjunto de humanos viviendo la misma cultura, respirando el mismo aire; despertando cada mañana para hacer cosas que para algunos no valen la pena, pero que queda como cimiento para otros que vienen atrás.

Pueblo es un sin fin de respuestas para los olvidados y los agitados. Pueblo es una manera de vivir constantemente dibujando calles y placeres que nadie ve y que se funden en paredes pintadas.

Pueblo también es transpiración y gritos de goce en noches heladas. Son muchas bicicletas apiladas en un taller lleno de grasa.

Pueblo es una especie en extinción y como lo que tiende a desaparecer se cotiza, pueblo entonces tiene un valor agregado.

Pueblo es olor a comida, es gente común hablando de sus vecinos y narrando historias de brujerías y fantasmas.

El pueblo son muchas canciones juntas; es faltar a la escuela pero sin hacer la rata.

Tantas cosas es el pueblo, tantos significados debe tener como cantidad de idiomas que se hablan en el mundo.

¿Qué hacer para no extrañar tu pueblo?

Hay formas y formas. Tal vez pensar en los primeros besos a escondidas en una calle cualquiera. Es recordar madrugadas de enero dónde nadie duerme y todos beben algo fresco mientras miran la televisión desde la vereda.

Pero no solo es recordar para no extrañar. Es también hacer. Esforzarse para no perder el acento del lugar, que sin decirlo todo el tiempo ya se sepa que sos de ahí.

Juntarse con otros del mismo lugar. Cada semana, cada mes o por lo menos una vez al año. Porque no todos pueden ir seguido al pueblo, otros sí, entonces esos son los que van a refrescarte de tu ciudad.

Ahora es más fácil. Las redes sociales rompen ciertas barreras y nos ubican virtualmente en nuestros pueblos, pero nada se compara con dar abrazos.

Extrañar a nuestros pueblos es no ser indiferente a las miserias y bajezas al que son sometidos nuestros territorios natales. A los embates de las estructuras de poder.

Extrañar al pueblo es sentir un dolor tal por el pobre que se muere por no tener un apellido famoso o cierta vida acaudalada.

Hay en nuestros pueblos aquellos que nacen pobres y mueren más pobres.

No extrañarlo es hablar de cómo proteger nuestras costumbres culturales con un ojo puesto en el lugar dónde vivimos y el otro en el pueblo.

No es difícil, tampoco sencillo.

Pero a veces el pueblo no se extraña por los bailes y los bares de las esquinas. Se extraña porque hay mucha luz, mucho cartel luminoso y poca humanidad.          

IMAGEN: Obra de Mario Perez

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