Durísimo trance vivió anoche el arquero boquense Esteban Andrada, que sufrió la fractura de maxilar inferior a los 25 minutos del segundo tiempo y pese a semejante lesión siguió en el arco xeneize hasta el final de la victoria ante Cruzeiro por 2-0. La imagen de Herrera en el piso, luego de recibir la carga del defensor brasileño Dedé (expulsado por esa acción luego que el árbitro revisara las imágenes en el VAR), fueron realmente impctantes, mostrándolo con la boca llena de sangre. A duras penas Herrera se incorporó, y siguió atajando los 25 minutos restantes (el segundo tiempo se extendió hasta poco más de 50 minutos), pero apenas llegó al vestuario boquense lo trasladaron en una ambulancia a un centro asistencial para hacerle los estudios de rigor.
En esos exámenes se comprobó que Herrera presentaba fractura de maxilar inferior, lesión que lo dejará al margen de la actividad durante dos meses, lo que supone para Boca un problema mayúsculo. Sucede que el ahora suplente Agustín Rossi había perdido su lugar a causa de bajos rendimientos, con errores que lo habían puesto en la mira de todos, y ante esta lesión de Herrera, Rossi es el candidato lógico a ocupar la valla boquense el domingo nada menos que ante River, y además espera la revancha con Cruzeiro el próximo 4 de octubre en Belo Horizonte.