Estamos en épocas de debates plenos e importantes. Dónde los conceptos existen y hay que pensarlos, re-pasarlos y amoldarnos a nuestras realidades. Siempre parados desde una visión a la cual adhiero, el bienestar de los ciudadanos junto a sus decisiones colectivas.

Jáchal está, como cualquier pueblo del mundo, inserto en una aldea global. El departamento no es ajeno a los cambios que se dan en la actualidad, por más mínimos que sean. En esos cambios se encuentran muchos matices: políticos, económicos, religiosos, culturales, medioambientales y más.

Esos temas que son motivos de cambio en Jáchal se hacen sentir. De alguna u otra manera me arriesgaría a decir que muchos países del mundo están mirando a Jáchal en su lucha contra el avasallamiento multinacional de las mega-mineras.

Entonces hay una cuestión importante. Por un lado el tratamiento que se la da al tema de este binomio interesante llamado medio ambiente de parte de la conciencia humana, cívica o ciudadana. Y por el otro lado los responsables institucionales de cuidar ese binomio mencionado. Ahí la cuestión.

Hace días en Jáchal se trató un tema tan candente como preocupante. Preocupante para todos, para el pueblo, los políticos y las empresas mineras. El Acuífero de Huachi- Pampa del Chañar, fuente de vida jachallera, fue el motivo que unió en el Concejo Deliberante jachallero a los representantes del pueblo para “discutir” si se avanza o no con trabajos mineros en la zona.

Como decía, era preocupante este tratamiento político en la casa de las ordenanzas jachallera. Pero la única preocupación real a favor de Huachi era evidentemente la del pueblo.

Cuándo un grupo de varias personas se transforman en decenas y miles manifestando algo es porque la masa está movilizada, empoderada y con un objetivo claro. Pasa cada cuatro años cuando se vota. Por eso no debería sorprender a nadie el compromiso que tienen miles de vecinos de Jáchal a la defensa de sus recursos naturales.

Endilgar desde la política que estos movimientos auto-convocados, ong´s, asambleas y demás (que están en pie de lucha para manifestarse a favor de sus oasis naturales) son grupos dirigidos, politizados partidariamente y anti progreso, es de un nivel de ignorancia terrible, de desconocimiento político total.

Pero no es solo eso. No se trata de que algunos concejales salgan a dar declaraciones en los medios de comunicación y comiencen una perorata de acusaciones hacía sus enemigos, en este caso el mismo pueblo. Se sabe cómo terminó la votación del tratamiento de la preservación y el cuidado de Huachi. También sabemos que un intento de proyecto de consulta popular ingresado por un concejal de la oposición fue rechazado de cuajo por el peronismo de Uñac y Gioja. A decir verdad están en todo su derecho político de hacerlo. En sus plenas facultades de defender los intereses del peronismo. De hacer lo que su jefe máximo les diga. Pero no a costas de los jachalleros.

Ni un argumento sólido de porque debía votarse el proyecto presentado por el oficialismo jachallero. Ni una cita científica foránea o que esté lejos de lo que se hable desde minería de la provincia. Nada. Pero nada. Solo el empeño de ganarles a los tres concejales de la oposición. Aunque en realidad por creer hacer política e imponer su aparato hacía sus pares concejales opositores, estaban poniéndose en contra de Jáchal. Una vez más.

Uno de los concejales del justicialismo aseguraba en esa sesión que tanto él como su familia iban a seguir viviendo en Jáchal. Una contradicción en sí mismo. La contaminación es universal. Pero esto es anecdótico a lo que fue la imagen que dejó esa votación.

El intendente Miguel Vega piensa que la contaminación de Barrick y todo lo que eso atrajo: La carpa en la plaza, la asamblea Jáchal No se Toca, las discusiones, la mediatización, etc. Fue una herencia. Desligándose de la culpa, del mal manejo de control que su propio partido hizo sobre esto. Démosle la razón al Intendente. Fue una herencia que recibió su gestión. Pero nunca, jamás la supo administrar. Eso se refleja en sus concejales. Poquísima lucidez política. Casi inexistente. Tal vez estos temas sobrepasaron no solo a los concejales del peronismo sino a todos los ediles de Jáchal. Pero en los elegidos por el PJ, lo único a lo que jugaron fue a su diferencia de votos para sacarse de encima un tratamiento que puede a futuro complicar la vida eterna de Jáchal.

Los ideales de los hombres y mujeres que hacen política es una condición imprescindible para crear, construir y de-construir de la mejor manera para sus gobernados. Para el pueblo. Para las generaciones futuras. Las ciencias políticas son el ser de los políticos. Es decir el estudio ensimismado de pensar cómo se dará un paso, y en cada uno de esos peldaños un cambio. Esas variaciones se verán reflejadas en las ideas de las ciudades gobernadas. Algo que en Jáchal con estos concejales no existe.

Entonces busquemos una idea poco feliz para mí, pero que llega a muchos sectores de la sociedad: dejar atrás lo sucedido, mirar para adelante y pensar.

No queda mucha para las próximas elecciones. En el 2019 se renuevan en Jáchal concejales e intendente. A lo mejor Vega es reelecto, si es que puede superar la grieta con el actual diputado Jorge Barifusa; entre otras cosas que deberá hacer seguramente si es que quiere gobernar una gestión más. Pero sus concejales no vuelven más. Menos mal. Porque ante esta discusión de Huachi se demostró que la oposición hizo ciertos deberes para ganar el debate. Aunque en rigor hayan perdido. Pero el peronismo está ante la presencia de los peores concejales en años de sus gestiones. Agua por todos lados. Insisto, tal vez es lo que adhieren desde una línea que a riesgo de creer que son buenos alumnos, terminan denotando cierta espalda al pueblo. Antes de ser concejales, peronistas, basualdistas, de izquierda, radicales, etc; son jachalleros.

Conozco varios cuadros políticos del justicialismo. Jóvenes y pujantes. Con otra manera de ver la política. Lejos del caudillismo giojista. Pasa también con los otros partidos de Jáchal en su manera de hacer política. Por eso, no es quimérico pensar que en el 2019 tenemos otra oportunidad de ser críticos a los partidos que se desean votar.

A los partidos traiciónales no les gusta mucho hoy por hoy la crítica de sus militantes. O que también quieran participar de la escena como candidatos. Tal vez se siga ninguneando al pueblo, sigan abriendo las puertas a la contaminación, al saqueo y la destrucción de los recursos naturales. Pero en el 2019 algo debemos cambiar junto a los que decidan gobernarnos. Sobre todo la dirigencia política. De esa manera podremos salvar a Huachi. Salvarlo de las malas políticas, de los rapaces codiciosos y de las multinacionales. Mientras tanto el pueblo resiste y aseguran una voz: la verdadera de los ciudadanos que siempre estará.

Foto: Facebook-Salvemos Huachi